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Tácticas

  1. Entendemos el anarcosindicalismo como la síntesis de la teoría y práctica del anarquismo, con su filosofía antiautoritaria y emancipadora, en oposición a toda explotación tanto económica como política y a toda alienación religiosa o consumista, siendo su medio fundamental y prioritario el de propagar esas ideas al mundo del trabajo en forma de sindicato.
  2. Para la consecución de estos propósitos, el anarcosindicalismo usa siempre la solidaridad, el apoyo mutuo y todo lo que se resume en lo que llamamos la Acción Directa, sin delegar las luchas económicas y sociales en institución mediadora alguna, despojando así la lucha obrera de toda injerencia política o religiosa, y para que el anarcosindicalismo no sea absorbido por el sistema.
  3. Esta acción directa en definitiva implica rechazar parlamentos, elecciones parlamentarias y referendos, instituciones todas que son la clave de la intermediación. En el terreno económico reivindicativo y por las mismas razones, el anarcosindicalismo rechaza todo tipo de entidades arbitrales entre el capital y el trabajo, como jurados mixtos, comisiones de arbitraje etc. manifestándose en favor de la confrontación libre y directa del capital y el trabajo. Es por todo lo dicho, en suma, por lo que la idea del anarcosindicalismo rechaza al Estado en todas sus formas, y abraza la ética de la responsabilidad personal e intransferible, el carácter soberano que adscribe a la persona humana para determinar su destino.
  4. El anarcosindicalismo rechaza la participación en las elecciones sindicales, como reproducción del sistema representativo burgués en el mundo del trabajo asalariado, y negación de la acción directa y participativa de la clase trabajadora.
    Los órganos de representación unitaria, como los Comités de Empresa, entran en contradicción con la táctica de la Acción Directa y con el Asamblearismo, a los que pretenden sustituir y mediar, reproduciendo un sindicalismo de servicios que ha promovido la desmovilización y la desarticulación de la conflictividad laboral.
  5. El anarcosindicalismo rechaza las subvenciones sindicales del Estado y afirma la autogestión y financiación de la organización obrera como expresión de su independencia, autonomía y libertad.
  6. En coherencia, el sindicato abraza las tecnologías libres y los formatos neutrales, frente a patentes y ocultación del funcionamiento de las cosas.
  7. Entendemos por sindicalismo revolucionario aquel movimiento que, surgido de entre los sectores explotados y oprimidos, aspira a la destrucción del sistema establecido para, por medio de una acción directa y antiautoritaria, desmontar los mecanismos de dominación poniendo todos los medios de producción al servicio de los trabajadores, los cuales tomarán en cualquier circunstancia las decisiones que crean convenientes sin conocer ningún otro tipo de mediación, imposición o poder que no sea el procedente de los propios trabajadores.
  8. Por ser la federación la base de la sociedad futura, proclamamos el federalismo como el nexo de articulación libre y solidaria, sin autoritarismo ni coacción, garantizando de este modo la libertad y la igualdad decisoria de los individuos y los sindicatos asociados.
  9. El Sindicato no puede emplear personas asalariadas por el mismo sindicato, ni falsear su autonomía, ni dominar entidades que lo hagan. Tampoco puede explotar a otros animales.