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Principios de crítica

  1. La propiedad privada, que la cultura burguesa reivindica como derecho, es la capacidad legal de privar a otros de gozar y disponer de las cosas, con la apropiación o privatización como primer paso.
  2. La explotación es la actividad lucrativa desigual, apoyada en la plusvalía del trabajo de otras personas, obteniendo beneficios que el explotador no necesita más que sus explotados. La Patronal son los propietarios de la explotación, y los directivos que deciden sobre el pago y el despido, y negocian en interés de la explotación frente a las trabajadoras.
  3. El Estado constituye la representación de la clase dominante, sosteniendo la propiedad privada de los medios de producción y subsistencia, la economía de mercado y adulterando los precios del dinero que añaden un nivel de explotación sobre asalariados, inquilinos y pensionistas. Esto conlleva la tradicional minoría de edad del ciudadano y el mantenimiento del actual sistema por medio de la represión y del terrorismo institucionalizado. Frente a ello, el anarcosindicalismo opone al Estado la libre federación de comunas autónomas libertarias.
  4. El Estado posee las infraestructuras estratégicas y servicios públicos gracias a un sistema de tributos heredado del feudalismo, pero que actualmente administran los profesionales de la política, decidiendo estos lo que es esencial, lo que se recorta, lo que se adjudica como negocio para sus amigos y patrocinadores, y su precio. El paternalismo de sus líderes da una deriva al Estado como proveedor empresarial.
  5. El Capitalismo representa la explotación económica derivada de la propiedad privada de los medios de producción y subsistencia, y la subsiguiente capitalización de éstos por unos pocos, sin importar que los explotadores se representen individualizados o de modo anónimo o colectivo. El Capitalismo de Estado por su parte, se apropia de los recursos en beneficio de un sector privilegiado integrado en el Estado, que habitualmente se proclama como estado socialista. Tanto en uno como en otro sistema el individuo, el trabajador, no es dueño de su trabajo ni de sus decisiones. El sistema dominante desarrolla sus instituciones (medios de represión) a través de la clase gobernante: leyes, organismos de justicia, cárceles, policía, ejército etc. para dominar a los gobernados e imponer la cultura propia del sistema de relaciones.
  6. El maquinismo es la introducción de maquinaria y sistematización de los procesos industriales con el propósito de reducir costes de personal y competir frente a los capitalistas que no hagan lo mismo. En la era de la robótica digital, la propaganda burguesa sigue defendiendo que sus tecnologías privativas persiguen la mejora de la vida de las personas, cuando en realidad potencian a una élite y marginan y controlan a los parias de la Tierra, sus relaciones sociales y su alimentación.
  7. El Estado usa por su parte la burocracia como forma de blindar la brecha social entre ricos y pobres, primando el Derecho para quienes heredan formación, propiedades, abogados, tecnología y tiempo para gastar.
  8. El Capitalismo superó los estados nacionales, y usa sus amenazadoras concentraciones de poder como medio de control de la clase obrera y para repartirse los recursos naturales y humanos. Mantiene sus fronteras para clasificar al proletariado en territorios y etnias, y así especular con el teletrabajo. El movimiento obrero, como el anarcosindicalismo, supera las mismas fronteras y el racismo para defenderse del Capitalismo y su globalización.
  9. El fascismo es una ideología, un movimiento político y una forma de gobierno promovidos y sostenidos por la clase dominante y los aliados de cualquier forma de capitalismo, principalmente en momentos de crisis que amenaza su poder. Se caracteriza por acumular el victimismo nacional, el patriotismo con una etnia, la uniformidad estética, las expresiones masivas de apoyo al líder, el interclasismo, el antiindividualismo, el paternalismo y la dependencia del individuo respecto al Estado, la política exterior volcando las energías en un enemigo común, las reivindicaciones irredentistas basadas en mitos fundacionales, la falta de debate antes de actuar y el uso de la fuerza y el miedo para que la clase dominante recupere su poder.
  10. La cultura de la dominación extiende la propiedad privada sobre todo lo material e intelectual, e integra el sometimiento de las demás especies animales bajo el mismo sistema de explotación humana. Incluso se pretende capaz de controlar la genética de la naturaleza sin quebrar nuestro fundamento vital.
  11. La cultura burguesa extiende la ilusión al individuo de que, por los méritos de su trabajo, puede ascender hacia los derechos de la burguesía a través del consumo, como poseer las cosas, que los demás seres se pongan a su servicio, o banalizar la amistad como una relación ociosa de usar y tirar. Con tal ilusión, el individuo integra su propia explotación, no distingue ni lo que come, pierde su conciencia de clase, y la burguesía aprovecha la inocencia de las nuevas generaciones para que aprendan su indefensión.
  12. Si el feudalismo infundía el pensamiento mágico a través de la religión, y el romanticismo a través de la nación, hoy la cultura burguesa infunde el pensamiento mágico a través del consumo y de algunas tecnologías que sirven al Capital.
  13. Por delante del Patriarcado, de identidades nacionales, religiosas o de imagen corporal, el anarcosindicalismo reivindica la identidad de la clase obrera, que distingue entre explotadores y explotados en un sistema de dominación entre seres humanos.
  14.  Los principios sociales y éticos del Comunismo Libertario son:
    1. Dar a cada ser humano lo que exijan sus necesidades, sin que en la satisfacción de las mismas tenga otras limitaciones que las impuestas por las posibilidades de la economía.
    2. Solicitar de cada ser humano la aportación máxima de sus esfuerzos a tenor de las necesidades de la sociedad, teniendo en cuenta las condiciones físicas y mentales de cada individuo.